Mamihlapinatapai.
¿Cómo?
Mamihlapinatapai. Es la palabra más concisa del mundo.
El otro día la descubrí por casualidad y pertenece a la lengua hablada por los nativos yámanas de Tierra del Fuego (al sur de Argentina). No ha recibido el título de la palabra más concisa del mundo por casualidad, ya que el Wikcionario la define de la siguiente manera:
«Mirada entre dos personas en la que cada una de ellas espera que la otra comience una acción que ambas desean pero que ningunna se atreve a iniciar».
Es impresionante como una sola palabra puede contener un significado tan romántico y, sobre todo, preciso. El libro Guinness de los récords la recoge entre sus páginas debido al enorme mérito que tiene aglutinar en sí un significado tan complejo.
Eso sí, del mismo modo que cualquier otro logro contenido en este libro, la palabra mamihlapinatapai genera un debate: ¿cómo la expresamos en otros idiomas? ¿Es posible traducirla?
¿Se puede traducir todo?
El simple hecho de plantearnos esto nos hace reflexionar sobre si realmente es posible traducir cualquier texto.
Y la respuesta es sí (al menos en la teoría).
Traducir es un proceso amplio y complejo que engloba la transmisión de un grupo de palabras, pero sin olvidar que estas forman un mensaje y tienen una intencionalidad que deben ser transmitirse en una bandeja desde una cultura a otra.
Así pues, el problema residiría más en los códigos que cada cultura utiliza que en un concepto aislado.
Hace unos meses leí un artículo que decía que la cultura siempre viene antes que el lenguaje y que esta determina nuestra forma de hablar. Por ejemplo, los esquimales tienen infinidad de palabras para nombrar los diferentes tonos de blanco, ya que eso les ayuda a sobrevivir.
Del mismo modo, puede que los nativos yámanas sean un pueblo que utilizan esta palabra con frecuencia y por eso la necesitan en su vocabulario, mientras que nosotros, que vivimos en una sociedad mucho más veloz e invadida por la tecnología, no tenemos el tiempo de pararnos y reflexionar sobre ello.
Es más, contamos con infinidad de películas románticas que muestran ese momento en el que los protagonistas parece que se van a besar, pero al final ese momento tan deseado no ocurre. Es decir, que tenemos una imagen para lo que otros usan una palabra.
La cultura: elemento clave en la traducibilidad de las palabras concisas
La palabra más concisa del mundo puede impactar por su potente significado, pero no hace falta irse tan lejos para encontrar otras que también tienen una gran impronta cultural.
Dentro de nuestra Europa escuchamos el término alemán Waldeinsamkeit, cuyo significado hace referencia al sentimiento de estar solo en el bosque. De hecho, el Diccionario Oxford publicó un artículo en el que, entre otras palabras, incluía esta y demostraba que el hecho de que una cultura tenga una palabra determinada que otra no tiene no significa que la gente no pueda llegar a experimentar el sentimiento que yace detrás de esta.
Por lo tanto, es evidente también que siempre habrá posibilidad de una traducción:
One of my biggest beefs with untranslatable word memes is the suggestion that these linguistic treasure troves are loaded with cultural inferences. Most of the time they’re twee, rather than offensive: for example, the German word Waldeinsamkeit means ‘the feeling of being alone in the woods.’Gosh, how typical of those woodland-loving Germans, wandering around the Black Forest enjoying oneness with nature! The existence of an ‘untranslatable’ word hints at some kind of cultural mystery that is beyond our comprehension – but does the lack of aword-for-word translation of Waldeinsamskeit mean that no English speaker (or French speaker, or Mandarin speaker) can understand the concept ofbeing alone in the woods? Of course not! However, these misinterpretations of Waldeinsamskeit, Schadenfreude, Backpfeifengesicht et al. make me think: what about those words that really do have a particularcultural resonance?
Podemos buscar y buscar palabras concisas y, aunque no lo sean tanto como mamihlapinatapai, nos mostrarán connotaciones culturales difíciles de encontrar en otros países, como nuestra adorada siesta (que tiene lugar en un momento de la tarde muy específico), el duende (ese arte inexplicable que algunos artistas poseen) o ese dolor llamado agujetas que sentimos después de hacer deporte.
Sí, en España también tenemos nuestros términos que son difíciles de traducir.
El mundo es un entramado de complejidades e intereses lingüísticos y culturales y es labor de los hablantes y de los traductores compartir estas palabras tan precisas y propias de una determinada sociedad.
Aprovechemos la globalización y la posibilidad que nos brinda Internet para estar conectados y así contarnos los unos a los otros nuestras peculiaridades ya que, si nos comprendemos, estaremos facilitando muchísimo la comunicación.
De hecho, para eso está la transcreación. Para que que las marcas y las agencias disfruten de los beneficios de la globalización traduciendo y adaptando culturalmente sus mensajes.
Échale un ojo a mi web y conoce todo sobre la transcreación.
Referencias:
James, Caroline. «Translatable vs untranslatable». Oxford Dictionaries, 6 de agosto de 2017: https://blog.oxforddictionaries.com/2014/08/06/untranslatable/